miércoles, 12 de enero de 2011

Dolor de cabeza

¿Quién no los ha tenido? Es algo inseparable de la condición de ser humano. ¿Los sufrirán los animales y no lo sabemos? Quizás, aparte de la facultad de hablar y pensar (aunque esta última en muchos seres humanos no se ha demostrado), el tener dolores de cabeza nos diferencia más de los animales…o nos une más a ellos. Todos los tenemos, algunos más frecuentes, otros rara  vez, unos más sufridos, otros más livianos, unos más prolongados y otros más breves, pero ¿cuál es el motivo? Es un misterio. Al igual que cada persona es única y es un mundo, los motivos de esta molesta sensación, la causa, tiene que ser distinta para cada persona.
¿Por qué será esta vez? Puede ser la presión de estas fechas, por el agobio, la rapidez con la que pasa el tiempo, puede ser el pensamiento de no poder con todo a la vez, la presión de tener que estar a la altura, y no por mí, sino por los demás, por tal de no escucharlos más.
También cabe la posibilidad de que no tenga nada que ver, o sólo sea la gota que colma un océano en el que se avecinaba una gran tempestad desde hace tiempo.
El tiempo pasa sin perdón para nadie, te deja atrás si te descuidas y después no hay forma de alcanzar el tren de nuevo, a no ser que seas rico y te puedas permitir comprarte un tren nuevo para ti solo. Miras atrás y ves el camino recorrido, ese que no por el que no se debe volver ni aunque te olvides las llaves, y te da miedo ver el pasado, ver tus errores, tus fallos, lo que se te escapó, lo que no entendiste entonces y ahora lo comprendes. Asusta ver el camino que llevamos, pero si miramos hacia delante tenemos más temor aún. Sólo se ven curvas y más curvas, y de las peligrosas, de las que tienen tres cartelitos uno encima de otro. Entonces, ¿a dónde debemos de mirar? Supongo que nos queda mirar al lado, a ese lado donde debería mirar cuando tuviera miedo de todo porque ibas a estar tú, y ahora que tengo miedo miro y no te encuentro más allá de mi mente.
Tengo tantas cosas en la cabeza dando vueltas todas juntas y todas separadas a la vez que quizás es normal que me duela y por eso no me deja pensar. Podría tomarme una pastilla y se me pasaría…pero es posible que ahora necesite no pensar, aunque sea a base de dolor de cabeza, ese dolor de cabeza que nos hace tan humanos.